¿Que soy rara?
¿Que no soy normal?
¿Que soy impredecible?
Pues sí. Definitivamente sí lo soy. O mejor dicho no soy. No soy común, normal, ni predecible. No encajo en el sistema. No sé mimetizarme entre las personas y pasar desapercibida.No comprendo qué es lo que debo hacer cuando estoy sola, pero ahora que me toca vivirla, sentirla, palparla, oírla retumbando en mis oídos con su silencio debo admitir que es agradable y reconfortante y que muy pocos saben valorar la soledad.
La soledad es la amiga incomprendida. La amiga que realmente te puede dar tu espacio, tu lugar, y te da tiempo pero que muy pocos desean acceder a ella.
Se prefiere el bullicio, la risa, los cambios constantes, pero en esa estructura a veces impenetrable se consiguen grandes hechos y mejores decisiones.
Soy diferente, soy distinta, soy de las que disfruta un placer muy simple y de las que ríe hasta más no poder.
Soy de aquellas que si siente algo lo dice, sin temor a represalias, soy una persona con virtudes y defectos, con momentos de alegría y con dificultades.
Soy de quienes trata de poner en práctica lo que lee y las frases de altruismo.
Soy quien se olvida del mundo cuando viaja a través de los libros.
Soy y no soy.
Soy la amiga incomprensible, llamada Soledad.
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