BIENVENIDA

Distinguido lector que estás frente a la pantalla y que puedes compartir experiencias, les doy la bienvenida a mi libro virtual en el cual encontrarán sensaciones, momentos, recuerdos y descripciones de sentimientos que sólo se conocen por el corazón.



Espero disfruten la lectura de estas páginas virtuales.



Mar!







miércoles, 29 de febrero de 2012

Llueve fuera, llueve dentro.


La situación se me va de las manos.
Los momentos se tornan tormentosos.
Canalizar las emociones me hace desesperarme más al no ver resultados.
La impaciencia puede convertir un momento hermoso en un total infierno.

Morderse el labio, hacer puño, romper algo, callar, golpear, mirar con cólera, correr o simplemente respirar, ya-no-arreglan-nada.

Ver la historia escrita en una página, convertir el papel inmaculado en una cueva,
en una cueva con luz pero que esconde.
Un escondite perfecto.
El perfecto escape.
Un escape perverso.
El perverso momento de sacarme de las casillas.
Sacarme el infierno de adentro.
Pero esos dos infiernos se hicieron un paraíso.
Y hoy. Hoy, como muchas veces, llueve en el paraíso.

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Lo que no es, no es.


Cuando sientes que la realidad te golpea como el viento, con el viento.
Cuando pretendes que guardar los problemas o lo que escapa a tu control en una gaveta del escritorio los hará desaparecer.
Cuando la indecisión nubla tu visión objetiva de la situación.
Cuando idealizas a quien deberías humanizar.
Cuando esquematizas en tu mente un gran mapa en el que no logras identificar nada, ni puedes unir dos caminos.
Cuando tienes opciones y no prioridades.
Cuando te confundes y no distingues quién importa más.
Cuando te hace sentir bien el hecho de que haya una persona ahí, siempre, para hablar en difícil, para sentir lo mismo juntas, para escribir algo de a dos, para escuchar una música o decir palabras que llevarán en el corazón por la eternidad...
Cuando la persona que importó, que importa y que quizá siempre importará tiene un pie en un país al otro lado del mundo.
Cuando realmente no hay decisiones que tomar, no hay nada que analizar, no hay nada que pensar, no hay nada más que recordar, y sin embargo hay mucho para olvidar. Por que lo que no es, no es. Y no será.

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Para bien o para mal.
***

Todo está Claro


Es cierto que hay días en los que no deseo ni llamadas, ni preguntas, ni saber si se preocupan por mí.
Pero justamente cuando tengo esa libertad de no recibir llamadas preguntando mi paradero, o una vocecilla que me indica que no llegue demasiado tarde, o recordándome que debo tomar un carro confiable y no distraerme y perder de vista la ruta... Justamente en ese momento, ese día, en esas circunstancias 'No me dan ganas de salir', me siento absolutamente perdida, siento que si la persona en la que confío y de la que 'dependo' -en todo el sentido de la palabra- no está en la misma ciudad que yo o a unos kilómetros me falta algo, siento que pierdo el rumbo o que no llegaré con bien o si me sucede algo definitivamente no contaré con esta persona porque está fuera del radio dispuesto para salvarme la vida o socorrerme en caso me ataque alguna mosca mutante o en el temible caso de que me quede sin dinero o se me antoje algo.

En cuando siento que puedes alejarte más allá de unos kilómetros, la dependencia hace acto de presencia.

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